CONSEJO GENERAL DE HERMANDADES Y COFRADÍAS
Coria del Río (Sevilla)


El Consejo

En estas primeras palabras como presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías quisiera agradecer el apoyo unánime de todas las Hermandades a la Junta Superior que presido, para mí es todo un motivo de orgullo pero también de responsabilidad por cumplir las expectativas que se han generado en torno a  nosotros.


El Consejo nació a comienzos de la década del 2000 cuando por aquel entonces un grupo de Hermanos Mayores entre los que  me encontraba veíamos la necesidad de dar rango de oficialidad a la que por entonces era la comisión del cartel de Semana Santa y cubrir así uno de los déficit que tenía aquella comisión como era la unidad de acción y coordinación de todas las Hermandades para los actos celebrados en común, además del poder de negociación ante las instituciones eclesiásticas y civiles. Obviamente, cuando se inicia un camino nuevo al no gozar de referencias a las que agarrarnos hemos de ir aprendiendo sobre la marcha lo cual dificulta la labor que se quiere desarrollar, de ahí que tengamos que agradecer la tarea encomiable que han realizado las Juntas Superiores y a la cabeza sus presidentes hasta la fecha y de la que esta Junta estoy seguro se beneficiará. No ha sido tarea fácil al tener que abrirse camino entre las Hermandades y no siempre comprendidas por éstas. La visión distorsionada que tenemos de un Consejo de Hermandades nos puede llevar a engaño. Un Consejo no es una fuente de negocios, es una herramienta que responde al contexto social donde se mueve, a las peculiaridades de su entorno, por ello, las comparaciones son odiosas y ese pensamiento erróneo nos puede llevar a equívocos innecesarios.


El Consejo de Hermandades ha de realizar una labor de coordinación para cubrir aquellos aspectos a los que no puede llegar una hermandad pero que la suma de todas nos da la fuerza suficiente para afrontar una unidad de acción entre todas y poseer mayor capacidad de relación con todas las instituciones de nuestro pueblo. Estamos condenados a relacionarnos cada una de nuestras Hermandades, siempre bajo el manto de nuestras Parroquias y la institución eclesiástica y es ahí donde ha de estar el Consejo para crear el terreno y las condiciones que favorezcan esa relación mutua, pero para ello todos tenemos que tener altura de miras, ser conscientes de que en pleno siglo XXI representamos una parte muy importante de nuestra sociedad y que como tal no podemos mirarnos constantemente el ombligo pensando que no tenemos nadie al lado. La sociedad nos pide que demos un paso adelante.


El Consejo va a trabajar para demostrar que es una herramienta válida para nuestras corporaciones, para la Iglesia y para nuestro pueblo, necesario para el crecimiento de todos, siempre de una manera discreta buscando en la medida de sus posibilidades las herramientas para generar un protagonismo de la Hermandades de nuestro pueblo y mejorar todas y cada una de las acciones que sean llevadas a cabo. No puedo prometer más que trabajo y mano tendida para ayudar, que Dios os bendiga a todos.


Recibid un afectuoso saludo.

Atte., Junta Superior del Consejo.


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